Los simuladores, temporada 2, capítulo 8, versículos 1-15










Los simuladores es una serie televisiva argentina, creada, dirigida y guionada (no en su totalidad) por Damián Szifrón. Etcétera.
La reseña del capítulo en cuestión en el anexo "Episodios de Los Simuladores", de Wikipedia dice:
«Los simuladores deciden pasar un fin de semana de vacaciones en un hotel de la provincia de Entre Ríos. Cuando llegan al hotel oyen una discusión entre Marcelo (Atilio Veronelli) y una mujer (Verónica Llinás) que se hospedan en el hotel. A pesar de los llamados a la tranquilidad por parte de los simuladores este señor sigue intranquilo. La mujer toma pastillas tranquilizantes a pesar de que se le dijo que pare con esas pastillas. El señor (Marcelo) sigue intranquilo hasta que le pega Pablo Lamponne. Alguien llama a la policía y se lo llevan para la comisaría y Lamponne se va a declarar. La mujer decide irse a la capital. Cuando Marcelo llega, la chica de la recepción le dice que su mujer se retiró. A todo esto llegan los oficiales de policía de Campana y le dicen a Marcelo que su esposa había muerto en un accidente. A la policía le parece que fue la misma mujer fallecida la que había ido a la capital pues coincide que la mujer que se fue en el auto estaba altamente medicada. Pero cuando los simuladores ven el cuerpo de la mujer se percatan que lo de Marcelo y la otra mujer fue un simulacro y existió un caso de homicidio realizado por parte de la pareja antes de hospedarse en el hotel.»

Ahora bien, el género policial, tan dócil a Szifrón, es de suyo analítico de modo que un análisis sobre un análisis resulta una suerte de baladronada.
El estructuralismo tiene como materia esencial el análisis y el esquema arbóreo. Dividir un episodio, un cuento, en versículos es totalmente arbitrario –salvo que todo lo es–, y sirve para darse cuenta de que era arbitrario, y asimismo de que pudiera hacerse otro diagrama, de que el diagrama puede perfeccionarse. Si se usa una cadena nuclear donde cada núcleo traza un hilo que a su vez traza un argumento, empieza a ser posible desechar cosas innecesarias a ese fin. Surge entonces la pregunta qué es lo esencial en una historia, cuya respuesta es que esa pregunta tiene un error de origen ya que todo es esencial. Así, se pudiera formular una cadena episódica (o de situaciones) que hemos dividido en versículos con una intención de destacar el carácter polisémico de cada situación: 

1º Reunión Brigada A – Brigada B
2º Salida en auto de vacaciones. Excentricidades de cada simulador.
3º Intento de coima a los simuladores por parte de un agente de tránsito.
4º Llegada a hotel. Escena de maltrato en pareja.
5º Esparcimiento de cada cual simulador, tipificado por sus aficiones. Otra vez la pareja en sus disputas. Reducción física del violento en manos de Lamponne. 
6º Explicaciones de la mujer. Detención del violento.
7º Regreso del violento al hotel. Notificación policíaca del accidente y muerte de su mujer.
8º Investigación policial. Declaración testimonial de Los simuladores en el hotel. Contrainvestigación de Santos. (Cambio de roles: Santos se sienta donde el investigador, y viceversa). 
Cuatro puntos fundamentales que hacen ruido se despliegan aquí: el espíritu rematadamente burocrático del jefe de policía que reta el espíritu analítico de Santos, la póliza de seguro de vida, la lucidez de Dora al irse (la mujer del violento) que no se condice con la excesiva ingesta de tranquilizantes, y el hecho de que el violento estaba detenido cuando murió la mujer (todos datos que se meten en la cabeza obsesiva de Santos).
9º Continuación de la investigación, ya con Los simuladores, en la comisaría.
10º Instigación y actuación de Cozzetti y Medina con un principio tentativo de acusación (que llamaremos "Test instigador de culpabilidad de Sábato") con el que descartar hipótesis facilitando así la certeza de que el violento no se sienta acusado de modo que no reprima el cometido que planeó desde el principio. (Básicamente supone hacer creer que no se sabe el móvil del inculpado y se le adjudica otro).
11º Los movimientos del violento: se descubre que la pareja simulaba el cobro de la póliza. La espera del sabueso de que el violento vaya a la escena del crimen a corregir una falla que se le ha fabricado (hecho creer) donde se encontrará con la mujer que está indudablemente viva.
12º La explicación de Santos del crimen: muerte de la esposa, la falsa esposa cómplice (su amante) que hizo las veces de su esposa y nunca vista por quienes legitimizaran el que sea su esposa (familiares avisados y policía de Campana, lugar del vuelco del auto). A su vez, en el reconocimiento del cuerpo están presentes los familiares y el violento.
13º Final en círculo: Brigada B, temporalmente cancelada hasta que se resuelva el caso Milazzo.
14º Dado el pie sobre Milazzo, versículo extracapitular: el investigador Marcos Molero, contratado por Milazzo para investigar sobre Los simuladores con el fin de vengarse, va a un centro de rehabilitación mental a seguir una pista falsa –aunque nunca una pista es tal–: un tal Máximo Cozzetti. 
15º Otra vez, o todavía en la comisaría, más explicaciones de Santos al agente torpe, suerte de discípulo ad hoc.

A fin de respetar el diagrama arbóreo, el siguiente cuadro muestra el fenómeno cabal de la arbitrariedad, expresable en la fórmula B si A y por lo tanto C no sólo si A






Entre tantos fastidiosos cabos unidos, la frase célebre, podemos decirnos, que dice un paciente a Marcos Molero mientras camina junto a Milazzo por los pasillos del Centro de salud mental, tiene que ser la siguiente: 
"La alcancía se rompió. No hay más tomates. No hay más tomates, señora. La alcancía se rompió. Se rompió el tomate, señora".